Guirnaldas con Naturaleza
Esta es la historia de un paseo que, sin pensarlo ni saberlo, acabó convirtiéndose e una guirnalda de hojas. En cuestión de poco tiempo, en nuestra casa habitaban guirnaldas con naturaleza. Te presento la secuencia de un proceso, el de la espontaneidad y el «dejarse llevar» por la iniciativa e impulso de una persona de 2 años.
Dice Sylvia Rueda que el arte de proceso se centra más en el proceso creativo que en el resultado final siendo un conjunto de experiencias y sensaciones las que se viven durante el mismo. Y así fue como nos fuimos al parque una tarde de frío.
«Calamar de monte» observó que había muchas hojas en el suelo y cogimos una para observarla. En poco más de 5 minutos teníamos un buen paquetito de hojas de magnolio.
Lo que hoy vengo a mostrarte es el maravilloso momento en que se puede convertir cualquier proceso. Unas manos pequeñas que participaron en todo un proceso lleno de delicadeza, juego y descubrimiento.
¿Cómo comenzar para que sea no dirigido? Fase de Observación
No creas que teníamos idea de hacer guirnaldas con naturaleza. En absoluto. Fue un proceso de experimentación y juego sin saber cuál sería nuestro resultado final.
Lo primero que hicimos al llegar a casa fue observar las hojas. ¿Cómo son? ¿Están rotas? ¿Están sucias? ¿Tienen tonalidades?
Observamos que eran la mayoría marrones y tenían bastante tierra. Así que lo siguiente fue… limpiarlas con delicadeza, un algodón y agua templada.
Fue dejando las limpias en una zona «de secado» previa y cuando terminó de limpiar todas, volvimos a observar. ¿Cómo están?
Siguiente paso… secado, jeje.
Fase de Secado
Para el secado le facilité una toalla pequeña, para que el manejo fuera más sencillo y dispusimos las hojas en forma de círculo. Una a una fue cogiendo las hojas, las colocaba dentro de la toalla y les daba lo que para mis ojos parecía un masaje de lo más relajante. Delicadeza y tarareo de canción mientras te secan. A mí me entraron ganas de ser hoja en ese momento.
Pintar las hojas
Limpias y secas, lo que pedían esas hojas debía ser que las pintasen. Pinceles, bastoncillos de algodón y pinturas. Todo dispuesto para que pudiera explorar y pintar con lo que quisiera.
Fase de Secado
Como veis hicimos dos versiones: secado normal y secado exprés, jeje. La verdad es que fue la pausa que aprovechamos para limpiar el espacio, retirar pinturas y materiales y decidir qué haríamos con ellas.
Casualmente, en su zona de arte y creatividad habíamos incluido dos troqueladoras y estaban a pleno rendimiento desde que llegaron, así que lo que surgió después fue «querer troquelarlas».
Fase de troquelado y cosido
Una de las troqueladoras tiene forma de pingüino. Con la que es más autónoma. En esta fase necesitó algo de apoyo para llevar la hoja hasta el final de la troqueladora. El resto todo ella. No hay fotos del cosido porque mi atención estaba plenamente en el proceso.
TRUCO AGUJAS GRANDES: Te cuento que para facilitar momentos de cosido puedes crear agujas grandes de madera. Nosotras tenemos varias y las he hecho reutilizando una varilla de las que vienen en plantas. Esa varilla la hemos afilado con un pelador para tener una punta algo redondeada y le hemos hecho un agujero con bronca pequeña, pero la lana entra bien. De una varilla de las plantas sacamos dos o tres agujas, según desees una longitud u otra.
Es un proceso asombroso que terminó cortando cinta para pegar nuestras guirnaldas con naturaleza. Como ves, no son especialmente navideñas, y sí especialmente naturales. La naturaleza y las guirnaldas pueden ser muy diversas. Es otra forma de que la naturaleza entre en casa y en el aula.
Un paseo por un proceso. Te invito a salir a la naturaleza, que tanto inspira. A dejarte llevar por la observación, que tanto cuenta. A dejarte guiar. Te asombrarás.