Huellas en invierno
El invierno es una estación perfecta para sacarle más partido a los paseos cotidianos que realizamos por el monte, los parques o incluso nuestros jardines. Con un poco de atención, podemos convertir una simple salida a tomar el aire, en toda una aventura digna de un aventurero, pues si nos fijamos en la nieve y en el barro tan habituales en esta época, veremos las huellas y rastros que deja la fauna más escurridiza o nocturna, que normalmente no vemos y que no imaginarías que vive tan cerca de ti. Bienvenidos y bienvenidas a las huellas en invierno.
Es todo un placer poder contar con la colaboración de Miguel Gil, experto en el mundo natural silvestre; geólogo, formador, educador e intérprete ambiental. Con él, nos adentraremos en el mundo de la naturaleza desde la curiosidad y el asombro. Periódicamente viajaremos con él hasta los pinos, buscaremos rastros, identificaremos formas de caminar, veremos cómo aterrizan las aves… ¡vamos allá! ¡a por las huellas en invierno!
Muy agradecida a Miguel y a su Asociación Natureando por su participación en el blog de In Natura.
¿Por dónde empezamos a rastrear?
La iniciación en el rastreo es muy sencilla, lo que la convierte en una actividad muy recomendable para realizar con los pequeños de la casa y así aprovechar los infinitos aprendizajes y beneficios de estar en el medio natural.
¿Qué necesitamos? El kit de iniciación…
La gran ventaja de la búsqueda e identificación de huella de fauna es que no requiere un material específico más allá de la vestimenta y calzado adecuado para moverte por el entorno donde quieras practicar la actividad.
Cierto es que, para comenzar, es recomendable llevar anotadas algunas de las pistas que os vamos a dar a continuación, para que no tengas que “estudiarte” nada y poder reconocer enseguida que animalito ha pasado por allí.
Una vez que vamos cogiendo experiencia, sí que podemos ir añadiendo materiales para aumentar los detalles de nuestras observaciones, rastreos e identificaciones, como pueden ser aparatos de medida (metro y calibre), cámara de fotos, láminas de acetato para dibujar los contornos o agua, escayola y molde para hacer réplicas.
Practicando la Neicnología…
En este primer artículo, aprenderemos a diferenciar animales según las sucesiones de huellas que dejan al desplazarse (huellas en invierno), nos fijaremos en la disposición de las diferentes partes que componen el desplazamiento del animal, es decir, cómo y dónde apoya lo que hoy, para simplificar, llamaremos manos (patas delanteras) y pies (patas traseras).
Existen especies con un andar muy característico que nos permitirá diferenciarlos de forma muy aproximada con un simple vistazo. ¡Veréis como es algo que ya conocíais sin saberlo!
Si pensamos en el andar de un gato, a todos nos viene a la mente cómo coloca cada mano una delante de la otra, como si caminase por la cuerda floja. Esta forma de desplazarse se reflejará en unas huellas que prácticamente se pueden unir en una sola línea porque, además, apoyan los pies casi encima de la huella de su mano, así que es habitual ver marcas superpuestas. Es el “andar felino” que tienen desde los felinos más pequeños como gatos a los más grandes como panteras o tigres. El zorro también se caracteriza por este caminar.
Sin embargo, si ahora pensamos en perros, estos dejarán dos líneas de huellas paralelas, ya que no tienden a poner una mano delante de la otra. Es más, es característico en su marcha relajada, que apoyen cada pie al lado de la mano, dejando sus huellas por parejas.
Esta forma de marcha que deja dos líneas paralelas nos permitirá diferenciar cánidos, cérvidos y otros ungulados.
¡A que esto ya lo sabías! Eres medio rastreador y no te habías dado cuenta ¿eh?
Cuando el animal salta…
¿Qué tipo de huella deja un conejo o un animal que da saltos? ¿Cómo serán sus huellas en invierno?
Un conejo, por ejemplo, coloca en paralelo sus pies y un poco más adelante bien juntas las manos. De modo que las huellas que deja son agrupaciones de 3 marcas en forma de triángulo.
Los ratones de campo, también se desplazan a saltos, pero con las manos separadas, por lo que deja pequeñas agrupaciones de cuatro marcas pequeñitas. Además, en este último caso, sus patas son tan cortas que a menudo deja también la marca de la panza y la cola en el suelo, más aún si se ha desplazado sobre barro blando o nieve (como en el caso de la foto).
Identificar huellas y rastros nos aporta…
Esta actividad de rastreo y búsqueda de huellas en invierno es una gran oportunidad para acercarnos al mundo natural. Pueden ser partícipes dibujando las huellas sobre un acetato transparente que colocaremos sobre las huellas, practicando las formas geométricas que crean los contornos de las huellas, realizando mediciones (tanto de la propia huella como de las zancadas o saltos), siguiendo los movimientos, buscando las madrigueras y un sinfín de posibilidades (siempre respetando los espacios y territorios de los animales). Además de todo el juego que podemos añadir en casa de colorear, recortar, ordenar, crear tarjetas o incluso un cuaderno de campo. Nuestro cuaderno de observaciones y huellas, ¿te imaginas?
Con todo ello estaremos trabajando motricidad fina, concentración, observación y atención plena, ser metódicos, practicar el ejercicio al aire libre, lectoescritura, entendiendo y aprendiendo del entorno y las interacciones entre sus elementos… Y si lo practicamos en familia, serán experiencias de disfrute, aprendizaje y vínculo.
La base de Natureando son actividades como esta, en la que la vinculación con la naturaleza, el disfrute del entorno y el entretenimiento se combinan con la actividad física y el aprendizaje sobre lo que nos rodea, para que, desde cualquier edad, se tome conciencia del valor de cada ecosistema.